Clava hoy tu mirada en mi pecho, regálame esa voz que nunca escuché, acompáñame en los momentos de angustia y desconsuelo. Prometo que nunca estaré solo, prometo que siempre estaré contigo. Vendrán a buscarte los tiempos mejores y con ellos una revolución de sonrisas, explosiones intensas, un rugido constante de afecto y cariño. No habrá distancia posible, ni kilómetros que cieguen nuestra ausencia, no habrá alma posible de borrar nuestra evidencia. Continuaré mi búsqueda por los rincones, por las esquinas, por los bosques. Las lágrimas sabrán dulces después de probar el sabor de tus labios. Si me doy por vencido, dame calor con tu aliento y tu voz. Saldrá el sol y la ciudad se iluminará con tu nombre, o tu nombre iluminará la ciudad. La noche se pondrá y los motivos por los que te quiero seguirán relucientes entre las estrellas. Venzamos juntos las guerras, derrotemos entre los dos batallones de soldados, ejércitos de odio y rencor. Daremos la vuelta al mundo, y los continentes se nos harán pequeños ya que nuestros sentimientos los cubrirán de un cariño intenso e irracional. No estaré solo, no estarás sola.
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