El tiempo pasa muy rápido, y los recuerdos en su estancia pueden doler, días con luces, días con sombras, noches interminables, noches inolvidables... A veces el simple hecho de vivir duele, no por ello hay que preocuparse, cada día se pone el sol y vuelve a amanecer en el mundo, en tí. Escribe cada día, memoriza en tu mente que sigues viva y tienes algo que contarle al mundo. No creas en la guerra ni tengas enemigos, ¿por qué? Al final somos iguales que ellos comportándonos de la misma manera. Crecerás, reirás, llorarás, andarás, recordarás, olvidarás, aprobarás, suspenderás... Vive el presente olvidándote del pasado y con hambre de futuro. Aférrate a la vida, al fin y al cabo es tuya, sólo tú tienes la llave para abrir y cerrar las puertas del bien y del mal, es una decisión tuya. Tú, que has nacido hace poco; tú, que tu voz es silencio, que tu llanto es una alarma; tú, que no eres más que un bebé al que le quedan millones de cosas por aprender, pero en realidad... Yo soy tu aprendiz.
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