El tiempo son renglones,
y renglones son las horas,
que pasamos tú y yo,
aquí juntos, a solas,
por eso el amor,
no se compra con billetes,
pero sigo encerrado
en mi propio martes trece.
De tripas corazón,
sálvese quien pueda,
la vida es una rueda,
que no para de rodar,
de avanzar, de jugar,
sólo toca esperar
a ese tiempo
que me pueda relajar.
Rap, jazz y a volar,
como en ciencia ficción,
superando realidad,
dejando atrás las puertas
que dan paso a la maldad.
Unos versos pasajeros,
entre llamas junto al fuego,
buscando mensajeros,
que respeten mi palabra,
como un abracadabra,
con magia
ya verás que todo cuadra.
Pasado futuro y presente,
no vivo de la gente,
me da igual lo que piensen,
cada uno es muy suyo,
lo intuyo,
busco respeto, amor y cofort,
es lo suyo.
Siervo del verbo,
luchando con mi ego,
poesía es mi musa,
amor con estos versos,
suaves, como el terciopelo,
me niego a ver mi realidad,
es mejor soñar,
y contar las nubes blancas,
tantas, que mi cabeza estalla.
Cual Venecia sin canales,
me siento tan vacío,
un nudo en la garganta,
todo parece un lío,
pero al final siempre cuadra,
nunca subestimes el amor
que puede dar una palabra.
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