Es inquietante que haya miles de millones de personas en el mundo y sólo me necesite a mí. Es impactante que sigan existiendo caníbales devorando almas y corazones sin mostrar ningún ápice de bondad. Me frustra que siga habiendo criminales en la calle matando las sonrisas de la gente cegados por el rencor. Me horroriza la ingnorancia de un racista que sólo se fija en el color de la piel. No soy consciente de lo que tengo ni de lo que quiero, ni si quiera de lo que deseo. Me gustaría que algún día todo me sepa a miel, que mi tímida voz pueda recitar alguna vez un poema repleto de amor. Busco y no encuentro, no encuentro calor y mi cuerpo se enfría, necesito amor y nada más. Escalo, escalo y escalo pero me precipito hondamente en un infinito pozo de impotencia. Soy un árbol caído que llora, un río de caudal seco que jamás podrá fluír. ¿Huir?
No hay comentarios:
Publicar un comentario