Renové mi mirada y le añadí nuevos sabores a la vida.
Tenía miedo de quedarme solo, hasta que pensé que la compañía con la que disfruta uno es la de su propia persona.
Aprendí a retener el dolor, a controlarlo de una vez por todas en mi mente y en mi cuerpo.
Temía al rechazo, no ser aceptado, hasta que volví a aprender que no se deben exagerar las cosas hasta que se viven.
Dejé de reírme de la gente para reírme de mi mismo.
Temía al pasado, hasta que me di cuenta de que el pasado es el cemento que construye mi futuro.
Aprendí a luchar por un sueño, cueste lo que cueste conseguirlo.
Me daba miedo expresar mis sentimientos, llorar sobre ellos, hasta que aprendí que la vida es corta, no está para perder el tiempo.
Me di cuenta de que cada segundo es un tesoro, de que cada persona es un mundo aun por descubrir.
Es verdad que los temores sirven para recordarte que eres más grande que cualquier otro, que las luz puede siempre con la oscuridad.
Me enseñé a vivir, a cantar, a llorar... Aprendí a hacer balance, a darme cuenta de que estamos vivos... Y de que queda todo por hacer.
Es precioso :)
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