La vida es un 'ahora' constante. Remonta tus pasos, asienta tu lugar, tu espacio, tu tiempo, porque mañana siempre será tarde. Todo se esfumará como el agua que se hace vapor en una tartera, como el cigarro que se fuma hasta sólo quedar el filtro, malherido. Algunas veces sí, otras veces no, otras veces quizás, pero siempre nos arrepentiremos de algo que nunca se hizo. Levanta la mirada durante un momento, levántala. ¿Miras las estrellas, las nubes, el sol, la luna? Disfruta. Llora si tienes que llorar, grita, aunque ese grito se esfume como un punteo de una guitarra oxidada. Fúndete en un universo, verso a verso, escribe una carta sin remitente y tírala al mar, fluyendo entre las olas. Cumple tus promesas, al fin y al cabo a nadie le gustan las despedidas, ¿verdad? Nadie querrá despedirse de la vida por muy injusta que sea. Apura el último baño de verano, alégrate de seguir vivo, de ser recompensado con el mejor regalo que se puede tener, la vida. Siéntete querido, nunca nadie te fallará si tú no lo quieres. Que siempre es bueno pensar, no todo va a ser respirar. Ahora es el momento de volver a empezar. Hoy es siempre todavía.

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