Respira.

Adicto a la lectura de tus ojos, invictos en el tiempo que recorro frente al mundo. Miro hacia dentro y encuentro tus entrañas, la cara de tu alma reflejada en la mirada, una mirada que se pierde entre tantas y tantas entre la gente, la muchedumbre invade las calles sin tener nada que hacer, y te pierdo de nuevo sin retorno, sin poder disfrutar de tus pestañas, que se cierran y se abren como puertas hacia la realidad, como ventanas de par en par, dejando entrar el aire, el combustible que nos hace sentir más vivos que antes. Olas que me guían hacia la orilla cuando nado, me respaldan y me resguardan para esquivar tantas mentiras. Guiándome por el corazón, sé que otro mundo es posible. Suspira y vuelve a inspirar, no dejes que tu alma se escape y vuele, mantén tu calor interior y no permitas que se vaya. Guarda tu vida, quiere tu vida, es sólo tuya, calma después de la tempestad. Reír, amar...